lunes, 12 de agosto de 2019

Carmen y sus recuerdos de la guerra


Carmen posando con un plato y una cuchara y tenedor rusos 


En una cálida tarde de Agosto me acerqué a Fuentes de La Alcarria para hablar con Carmen Ayuso , una nonagenaria de 92 años que no aparenta la edad que tiene , me recibe junto a sus hijas y sus nietas .Carmen fue una mujer luchadora que perdió a su marido muy joven y con sus hijas adolescentes y a las que sacó adelante como buena y recia castellana, me sorprende su lucidez aunque estos días se encuentra pachucha por una caída fortuita en la que se rompió la muñeca.Pronto se une a la conversación Benjamina Martínez , su cuñada.

Los recuerdos de Carmen

La mesa donde los soldados del EPR jugaban a las cartas 
Carmen tenía 8 años cuanto estalla la guerra civil ,de aquellos días de desconcierto de julio de 1936 recuerda cuando llegan al pueblo unos milicianos e instan a la población a usar brazaletes rojos .

Sus padres tenían la casa junto a la iglesia y cuando el frente se estabiliza comienzan a llegar las tropas del EPR junto con miembros de las brigadas internacionales .Los mandos ordenan que los militares se alojen en las casas del pueblo ,en algunas casas había 10, en otras 4 ó 5 .Había también muchos militares destacados en la cercana finca de la Matilla ,el antiguo palacio de D.Luis.
En su casa se alojaron 5 milicianos , uno de ellos dejó grabado en la pared de la chimenea el siguiente texto "Josep Bengut Ibars y los cinco tremendos" , seguramente todos eran  miembros del mismo pelotón, el grafiti con el tiempo desapareció.

Plato y vaso que también dejaron
 los milicinaos
De aquellos días tiene dos recuerdos entrañables , como cuando los milicianos se sentaban a jugar en la mesa  a las cartas y  le mandaban a Carmen  a comprar mistela a la bodega del Lucero de Trijueque ,quien regentaba  el establecimiento  en Fuentes .Esta tarea la  desempeñaba muy gustosamente pues después le dejaban unas perrillas por el recado .Al acabar la guerra la tienda sería saqueada por haber vendido productos al ejército de la República .La mesa donde aquellos muchachos jugaban a las cartas ,se conserva todavía como se puede ver en la fotografía ;está  en un estado excepcional gracias al celo de su hija Carmen quien la ha conservado como una reliquia.
De aquellos días conserva también un plato y cubiertos reglamentarios ,entre ellos una cuchara y un tenedor  de los llamados "rusos"en un estado excelente.

El otro recuerdo es más triste , uno de los militares ,también de Alicante ,como tantos que hubo por estas tierras de la Alta Alcarria ,para entretenerse en los días de poca actividad bélica   ayudaba a su padre en el huerto.Un día sonó la alarma ,allí mismo en el huerto se despidieron y aquel joven le dijo con voz solemne  " Adios Sr Isidoro , no nos veremos más,  a  donde nos llevan vamos a morir " , y subió la cuesta para reunirse con sus compañeros de armas, nunca supieron más de él.
Benjamina ,su cuñada ,  tenía por aquel entonces 4 años y en su casa también hubo milicianos alojados ,recuerda tres apelativos , Montoliú, Bioque y Manolo.

Miembro de la quinta del
biberón foto de Robert Capa


El marido de Carmen se llamaba Julían Ramos Prieto , no se conocerían hasta años después de la guerra ,procedía de Yélamos de Abajo .Cuando estalla la contienda quería alistarse  voluntario  para combatir con 15 años lleno del "ardor guerrero" propio de la juventud , pero sus padres  no le dejaron ,fue movilizado por la República en la llamada Quinta del biberón en 1938  ,nunca habló de la guerra ; sus vivencias, sus fantasmas los guardó para él , podemos imaginar lo que sentiría  un muchacho con 17 ó  18 años  recien cumplidos al que  se le manda a la guerra sin apenas  instrucción y sin haber salido jamas de su pueblo.




Los rusos 


La ermita de la Soledad donde reparaban y ponían
a punto los tanques 
Al pueblo también llegaron los internacionales , seguramente polacos del batallón Dombrosky ,aunque en el pueblo les llamaban "los rusos" , de ellos guarda un recuerdo afectuoso , como cuando hacían cola para el té y ellas hacían lo mismo aunque el té  no fuera habitual en España.Aquellos voluntarios eran muy  amables con los niños .Según dicen eran rubios y altos , ella y Benjamina recuerdan a uno de ellos que  siempre tenía una caja metálica  muy bonita entre sus manos ,y le pidieron por señas que se la diesen , el internacional sentó a una de las niñas en sus rodillas y abrió la caja, que era una pitillera y les hizo señas como diciendo que aquello no era para niños , entonces sacó unas monedas del bolsillo y se las dió.

Otro episodio es cuando se produce un bombardeo inesperado,estando Carmen en la calle ,un internacional le dijo que se apartara , inmeditamente cayó una bomba cerca ,cuando Carmen volvió a casa de sus padres vió como ellos estaban removiendo los escombros de la casa siniestrada  pensado que estaría debajo, milagrosamente no le ocurrió nada .
Otro recuerdo que  que le viene a la mente  es donde reparaban los tanques T26 en la ermita de la Soledad que en aquellos tiempos tenía una rampa en lugar de escaleras.

La Muerte y los Perros de la Guerra 

Lugar donde cayó la bomba que
mató al secretario y al soldado
Carmen también tiene recuerdos de muerte , los bombardeos de la aviación franquista eran frecuentes , el secretario , D.Francisco Garcés , quien solía reconocer las siluetas de los aviones que sobrevolaban el pueblo, hacía sonar la alarma cuando llegaba la aviación nacional  , en una de las ocasiones una bomba cayó donde estaba él y un soldado del EPR ,muriendo los dos en el acto.

Otro triste  recuerdo es cuando los hombres del pueblo subieron a la alcarria  a enterrar a los muertos esparcidos  tras la Batalla de Guadalajara ,sin embargo justo después de acabar la guerra llegaron al pueblo "los perros de la guerra" ,como escribía William Shakespeare ,para desenterrar los cuerpos y desposeerles de todo lo que tuviesen de valor, armas, correajes , etc.

La Comandancia 

Carmen me contó que en uno de los chozos de pastor cerca del pueblo (son chozos construidos con la técnica popular de la "piedra seca", muy típicos de la Alcarria ) estuvo el propio Enrique Lister , jefe de la 11 Divisón y comandante del V cuerpo del ejército  republicano .Cuando  acaba la guerra varios testigos relataron que en el chozo había una gran cantidad de papeles


Al acabar la entrevista paseé por este bonito pueblo de la Alcarria en compañía  de sus  hijas   Carmen ,Paloma y las nietas ,me enseñaron las covachas, donde dormían los vecinos del pueblo en la guerra al ser ocupadas las casas por las tropas, ( por el día subían a las casa a hacer la comida) , las covachas también se utilizaron como refugios antiaéreos .Al final de la tarde  volví agradecido y satisfecho por la acogida y sobre todo por aprender cosas e historias de aquella contienda que esperemos nunca se repita.

Las llamadas covachas, se encuentran al sur del promontorio , en la Solana 


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